martes, 28 de diciembre de 2010

«Han educado a jueces y policías para que desconfíen mutuamente»


LA ÚLTIMA DE...

José Luis García
Periodista y escritor

Acaba de publicar «Autopsia» (Editorial Jirones de Azul) la última entrega de una trilogía policíaca que se alimenta de una experiencia de treinta años haciendo periodismo policial

—¿Es un buen arranque para una novela policíaca la desaparición de cien kilos de droga de unas dependencias policiales…?
—Es un buen arranque para una novela de humor negro. Y le digo más, da juego para una comedia con demasiadas puertas abiertas y, si me apura, para una serie de Mortadelo y Filemón.
—¿Estima que ese arranque sería aún más estimulante si en el robo estuvieran implicados policías en activo y otros que ya trabajaban fuera del cuerpo…?
—Y si por el medio metemos a algún jubilado la historia daría mucho más juego.
—¿Usted finalizaría esa novela narrando la despedida del jefe superior de policía de la localidad al cabo del tiempo de cometerse el robo de la droga?
—Y no lo olvide: con la clásica patada hacia arriba. El caso es no dejar huellas.
—Disculpe mi manera de apuntar pero es que ahí hay una novela. ¿Le resulta verosímil, creíble el argumento?
—La realidad siempre supera a la ficción. Es un escenario policial que podría darse.
—Usted ha presentado «Autopsia» su última novela policíaca. ¿Me la puede vender?
—Se la vendo: imagínese a un forense que aparece muerto y matado en el foso de la Universidad. ¿Le parece mal arranque?
—En esa trilogía sobresale el inspector Santana. Usted ha dicho de él que es un policía en extinción. ¿Por qué?
—Es un policía de la vieja escuela, que investigaba a pie de obra y no con la «ayuda» de la policía científica de por medio. Podría decirse que Santana es el fin de una raza y de un modelo. Es puente policial entre la antigua «pringue» y la nueva escuela científica con delirios cinematográficos a lo CSI.
—¿Santana se parece a algunos de los que ha conocido?
—No, no, es un todo hecho con parte de los muchos que he conocido. Aunque alguien se empeñe en ponerle nombre y apellidos. Santana es una realidad virtual
—¿Quien se empeña en ponerle nombres y apellidos…?
—La gente. A la gente le gusta hacer quinielas.
—¿Literariamente tienen más fuerza los inspectores del tardofranquismo que los de la España del bienestar?
—Mucho más. En el caso de Santana, además, es de los que no admiten ningún tipo de presión. Sobre todo política.
—¿Qué es lo mejor del género negro para usted?
-Que reflejan situaciones verosímiles en las que cualquiera puede verse envuelto.
—Treinta años haciendo periodismo en la Madera ¿hacen que sus novelas estén perfectamente documentadas?
—Hacen que refleje treinta años vividos con intensidad en la Madera.
—Sobrevolemos la ficción. ¿El caso de Marta del Castillo se hubiera quedado por resolver en otros tiempos?
—En este caso ha tenido un enorme peso la policía científica, la presión política torciendo los tiempos de la investigación y alguna prensa convertida en circo. En otra época se hubiera solucionado atendiendo a los tiempos razonables del caso.
—Dicen que en este caso los únicos que no han fallado han sido los niños que presuntamente asesinaron a la chica…
—Policialmente este caso está resuelto pero incompleto porque no ha aparecido el cadáver. Pero los malos están donde tienen que estar.
—¿Cree que la policía estuvo especialmente mediatizada por leyes y criterios políticos?
—Nuestro sistema judicial es tan garantista que deja abierto muchos flancos e impide que la policía haga bien su trabajo. Dicho de otra forma, a Carcaño habría que haberlo excarcelado para que la policía lo interrogara nuevamente. Lo que pasa es que parece que a jueces y policías lo han educado en España para que desconfíen mutuamente.
—¿Qué cree que hubiera hecho el inspector Santana en el caso de Marta del Castillo?
—Interrogarlo a conciencia y no dejarse presionar. Y si me apura entregar la placa a su jefe y dimitir.

En las tripas
José Luís García conoció el periodismo cuando en las redacciones había máquinas de escribir, diagramadores y correctores. O sea, hace treinta años más o menos. Desde entonces vive, convive y sobrevive a la Madera. Donde ha desarrollado todo su instinto y olfato periodístico. De ahí, de esa envidiable experiencia, el García escritor, no solo saca argumentos y personajes. Extrae, sobre todo, un caudal documental impagable de las mismas tripas del sistema. «Autopsia» es su última novela y la que pone fin a una trilogía iniciada con «La casa número 5» y continuada por «Tus compañeros no te olvidan». En las tres novelas bulle un personaje central: el inspector Santana. Un policía fin de raza que tiene olfato, instinto y pocas tonterías.

Entrevista por Félix Machuca publicada en ABC de Sevilla el 26 de diciembre de 2010